diciembre 28, 2005

LA JAULA

Estaba sentado en mi pieza cuando mi canario se puso a cantar. Cantaba cada vez mas fuerte y mas agudo, trinaba y aleteaba. Se veía tan feliz, disfrutando del sol.
Yo lo miraba y me decía... quién como el, que se dedica a cantar todo el día y no se preocupa por nada... tiene agua, comida y todo lo necesario para pasarla bien (en vida de canarios). Pero me dí cuenta de que tal vez su canto no era causado por la alegría sinó por la tisteza, añorando poder volar como el resto de las aves que pasaban a su lado y que quizá no tenían toda las comodidades de él, pero tenían libertad.
Cuántas personas tienen de todo para vivir y hasta les sobra. Viven protegidos por sus riquezas pero a la vez están presos de las mismas y a pesar de que cantan, ríen y gozan de la vida, cuando se va la gente que les rodea se encuentran solos y caen en la depresión.
Mucha gente pobre, sueña con ser ricos y no saben que mucha gente rica sueña con ser feliz.
Que paradoja...

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